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Практикум ЕГЭ по испанскому языку. Задание № 12–18

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Задание 1

Прочитайте текст и выполните задания 12–18. В каждом задании запишите в поле ответа цифру 1, 2, 3 или 4, соответствующую выбранному Вами варианту ответа. Por amor a tu tierra Inti, que en lengua quichua significa “Sol”, era un joven inteligente, su única diferencia de los demás compañeros era que pertenecía a otro país y que además contaba con el privilegio de dominar dos idiomas – el español y el quichua. Cosa que, absurdamente, lo convirtió en el centro de constantes burlas que incluían chistes, apodos y empujones en los pasillos del colegio. El muchacho estaba siendo víctima del acoso estudiantil. Por esta causa, Inti había descuidado sus estudios y se veía triste, todo esto afectaba a su estado de ánimo y su autoestima. Les comentaba esta situación a sus padres y decía que no quería volver al colegio, pero ellos pensaban que sólo era un capricho y que pronto se le pasaría. Así que el adolescente tuvo que hacer de tripas corazón y seguir yendo a su colegio. Inti no contó con el apoyo de sus padres, pero se aferró a su fe: se levantaba temprano para orar y pedía a Dios que le ayudara a cambiar esta situación. Los milagros existen, así que un día su clase ganó un viaje a uno de los parques naturales de Colombia. El chico no quería ir, pero sus padres y algunos compañeros lo motivaron para que fuera. El viaje fue espectacular, los paisajes hermosos y el parque genial. Para adentrarse en él, necesitaban un guía turístico, y les presentaron a Juan, el encargado del recorrido por el parque. Al cabo de una hora de caminata junto con el guía, se les presentó un problema poco frecuente: el guía se desmayó, asustando a los jóvenes y los docentes – estaban en medio de un bosque espeso y además tenían que prestarle primeros auxilios al guía. Por sorpresa, en ayuda acudió la persona que menos esperaban y a la que tanto habían despreciado: Inti, que era de los que todavía no habían perdido los valores ancestrales de su tribu, que conservaron y transmitieron la costumbre de ubicarse por medio del sol y del paso de las aves, resultó ser el salvador del grupo. Después de cargar a Juan en una camilla improvisada y gracias a los conocimientos del joven indígena iniciaron el regreso. Más tarde uno de los profes le pidió a Inti que les contara acerca de las costumbres de los quichua. El muchacho accedió y empezó a contarles sobre la filosofía de su pueblo que se caracteriza por un sentido de humanidad sobre las cosas animadas e inanimadas, por lo tanto todo es respetado y valorado. Les dijo que todavía algunas de estas tribus veneran las cavernas, el sol, las montañas, pero que su familia ha dejado algunas de estas costumbres por pertenecer al cristianismo. Contó sobre muchos ritos que tienen sobre la madre tierra – La Pachamama, habló sobre la vestimenta que en los hombres es de blusa y pantalón blancos y un poncho negro, en las mujeres camisas hasta los tobillos, bordadas con flores y plantas, habló de cómo se diferencia la lengua quichua del español por no utilizar la “e” y la “o” y algunas letras más. Habló de los mandamientos ancestrales de los quichua que son: Ama súa – “no seas ladrón”, Ama quella – “no seas perezoso”, Ama llulla – “no mientas.” El camino se les hizo corto, gracias a que Inti les había narrado sobre las costumbres de su raza, y debido a este hecho sus compañeros de clase y sus docentes habían aprendido a valorar las tribus indígenas y el valor cultural que éstas encierran. Muchos se acercaron al joven y le pidieron disculpas. Todos entendieron cuánto daño hacía el no valorar el idioma, las costumbres, la patria del otro, y lo más importante: que nunca había que olvidar el respeto por los demás y el amor por lo suyo propio. La expresión “hacer de tripas corazón” en el segundo párrafo significa … 1) quedarse pasmado a causa de una mala noticia. 2) fortificarse en un lugar para defenderse de un riesgo. 3) estar agitado por el temor a un grave riesgo. 4) hacer un gran esfuerzo para enfrentar un obstáculo.

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Задание 2

Прочитайте текст и выполните задания 12–18. В каждом задании запишите в поле ответа цифру 1, 2, 3 или 4, соответствующую выбранному Вами варианту ответа. La confianza Facundo era un muchachito sumamente prudente, quizá demasiado. Tenía poco más de 14 años y ya había aprendido a ser responsable con sus cosas y con las de los demás. En su conducta era muy fiel a sus convicciones. Antes de tomar una decisión, evaluaba todas las posibilidades, todas las consecuencias -positivas o negativas. Por ejemplo, si no había podido leer la fecha de vencimiento de algún producto que compraba su mamá en el supermercado, prefería no comerlo – no quería correr riesgos. Así era en todo: prudente al extremo. Y ni hablemos si tenía que elegir un amigo. Antes de confiar en él, lo pensaba varias veces, averiguando lo más posible acerca de sus gustos, de su comportamiento en los juegos e incluso de su familia. Uno de los problemas más graves de su forma de ser era que para todo se requería el doble de tiempo. Y otro era que, en muchos casos, las situaciones más simples y sencillas se convertían en una verdadera complicación. Una tarea que un compañero realizaba en media hora, a él le llevaba una, porque primero la hacía en un borrador, luego se la daba a su mamá para que la corrigiera, después la pasaba a limpio y se la volvía a entregar a su mamá para que le echara un último vistazo. No quería sacar malas notas por una falta de atención que hubiera sido evitable. Si quería jugar a un juego nuevo, tenían que dejarle las instrucciones o el reglamento en su casa el día anterior para que los leyera. Sus padres y amigos querían mucho a Facundo porque era incapaz de hacerle mal a nadie, un verdadero alma de Dios, aunque a veces los cansaba con esa forma de actuar y el interminable listado de preguntas que hacía para cada tema. Un domingo por la mañana, su papá colocó sobre la mesa dos cajitas: una de madera y otra de vidrio transparente. En la de vidrio, puso los caramelos favoritos de su hijo. En la otra, no se veía lo que había porque era opaca. Llamó a Facundo y le dijo que podía elegir una de las dos cajas para dejarla. Era un regalo. Eso sí, tenía que elegir sólo mirándolas, no podía tomarlas en sus manos y, por lo tanto, no podía pesarlas, ni agitarlas, ni… nada. Se las mostró a Facundo y le pidió que eligiera una respetando la regla expresada sin hacer preguntas. Parecía fácil pero por la cabeza de Facundo pasaban innumerables posibilidades. ¿Qué contenía la caja de madera? Su papá, que lo quería mucho, no podía poner nada feo en ella. Pero en la otra sí sabía lo que había. Era algo seguro, conocido, y además le gustaban mucho esos caramelos. Después de meditar un largo rato, se decidió, pero parecía que la mano no le respondía, porque tardó una eternidad en tomar la caja de madera. Cuando la abrió, vio que dentro había una copia de las llaves de su casa. De inmediato le dio un abrazo fuerte a su papá, porque hacía mucho que se las había pedido. “¿Por qué elegiste esa caja, hijo, si no sabías qué había dentro?” “Porque no puedo esperar nada malo de ti, papá, por eso me di cuenta de que es bueno ser prudente, pero tengo que confiar en los demás, sobre todo si sé que es alguien que me quiere. Es importante saber confiar aunque no tengamos todas las seguridades. Me parece que, muchas veces, me había perdido muchas cosas muy buenas y eso fue por temor a arriesgarme.” “Ahora que te escucho decir esto, -dijo el papá- estoy seguro de que ya era hora de que tuvieras las llaves de casa.” La frase “alma de Dios” en el cuarto párrafo del texto significa… 1) ser creyente fervoroso. 2) ser un niño huérfano. 3) ser indeciso e inseguro. 4) ser una persona buena y pura.

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Задание 3

Прочитайте текст и выполните задания 12–18. В каждом задании запишите в поле ответа цифру 1, 2, 3 или 4, соответствующую выбранному Вами варианту ответа. Por amor a tu tierra Inti, que en lengua quichua significa “Sol”, era un joven inteligente, su única diferencia de los demás compañeros era que pertenecía a otro país y que además contaba con el privilegio de dominar dos idiomas – el español y el quichua. Cosa que, absurdamente, lo convirtió en el centro de constantes burlas que incluían chistes, apodos y empujones en los pasillos del colegio. El muchacho estaba siendo víctima del acoso estudiantil. Por esta causa, Inti había descuidado sus estudios y se veía triste, todo esto afectaba a su estado de ánimo y su autoestima. Les comentaba esta situación a sus padres y decía que no quería volver al colegio, pero ellos pensaban que sólo era un capricho y que pronto se le pasaría. Así que el adolescente tuvo que hacer de tripas corazón y seguir yendo a su colegio. Inti no contó con el apoyo de sus padres, pero se aferró a su fe: se levantaba temprano para orar y pedía a Dios que le ayudara a cambiar esta situación. Los milagros existen, así que un día su clase ganó un viaje a uno de los parques naturales de Colombia. El chico no quería ir, pero sus padres y algunos compañeros lo motivaron para que fuera. El viaje fue espectacular, los paisajes hermosos y el parque genial. Para adentrarse en él, necesitaban un guía turístico, y les presentaron a Juan, el encargado del recorrido por el parque. Al cabo de una hora de caminata junto con el guía, se les presentó un problema poco frecuente: el guía se desmayó, asustando a los jóvenes y los docentes – estaban en medio de un bosque espeso y además tenían que prestarle primeros auxilios al guía. Por sorpresa, en ayuda acudió la persona que menos esperaban y a la que tanto habían despreciado: Inti, que era de los que todavía no habían perdido los valores ancestrales de su tribu, que conservaron y transmitieron la costumbre de ubicarse por medio del sol y del paso de las aves, resultó ser el salvador del grupo. Después de cargar a Juan en una camilla improvisada y gracias a los conocimientos del joven indígena iniciaron el regreso. Más tarde uno de los profes le pidió a Inti que les contara acerca de las costumbres de los quichua. El muchacho accedió y empezó a contarles sobre la filosofía de su pueblo que se caracteriza por un sentido de humanidad sobre las cosas animadas e inanimadas, por lo tanto todo es respetado y valorado. Les dijo que todavía algunas de estas tribus veneran las cavernas, el sol, las montañas, pero que su familia ha dejado algunas de estas costumbres por pertenecer al cristianismo. Contó sobre muchos ritos que tienen sobre la madre tierra – La Pachamama, habló sobre la vestimenta que en los hombres es de blusa y pantalón blancos y un poncho negro, en las mujeres camisas hasta los tobillos, bordadas con flores y plantas, habló de cómo se diferencia la lengua quichua del español por no utilizar la “e” y la “o” y algunas letras más. Habló de los mandamientos ancestrales de los quichua que son: Ama súa – “no seas ladrón”, Ama quella – “no seas perezoso”, Ama llulla – “no mientas.” El camino se les hizo corto, gracias a que Inti les había narrado sobre las costumbres de su raza, y debido a este hecho sus compañeros de clase y sus docentes habían aprendido a valorar las tribus indígenas y el valor cultural que éstas encierran. Muchos se acercaron al joven y le pidieron disculpas. Todos entendieron cuánto daño hacía el no valorar el idioma, las costumbres, la patria del otro, y lo más importante: que nunca había que olvidar el respeto por los demás y el amor por lo suyo propio. El grupo inició el regreso después de que … 1) tuvieron que buscar un médico. 2) Inti encontró un mapa. 3) empezó a llover. 4) encontraron el sendero.

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Задание 4

Прочитайте текст и выполните задания 12–18. В каждом задании запишите в поле ответа цифру 1, 2, 3 или 4, соответствующую выбранному Вами варианту ответа. La confianza Facundo era un muchachito sumamente prudente, quizá demasiado. Tenía poco más de 14 años y ya había aprendido a ser responsable con sus cosas y con las de los demás. En su conducta era muy fiel a sus convicciones. Antes de tomar una decisión, evaluaba todas las posibilidades, todas las consecuencias -positivas o negativas. Por ejemplo, si no había podido leer la fecha de vencimiento de algún producto que compraba su mamá en el supermercado, prefería no comerlo – no quería correr riesgos. Así era en todo: prudente al extremo. Y ni hablemos si tenía que elegir un amigo. Antes de confiar en él, lo pensaba varias veces, averiguando lo más posible acerca de sus gustos, de su comportamiento en los juegos e incluso de su familia. Uno de los problemas más graves de su forma de ser era que para todo se requería el doble de tiempo. Y otro era que, en muchos casos, las situaciones más simples y sencillas se convertían en una verdadera complicación. Una tarea que un compañero realizaba en media hora, a él le llevaba una, porque primero la hacía en un borrador, luego se la daba a su mamá para que la corrigiera, después la pasaba a limpio y se la volvía a entregar a su mamá para que le echara un último vistazo. No quería sacar malas notas por una falta de atención que hubiera sido evitable. Si quería jugar a un juego nuevo, tenían que dejarle las instrucciones o el reglamento en su casa el día anterior para que los leyera. Sus padres y amigos querían mucho a Facundo porque era incapaz de hacerle mal a nadie, un verdadero alma de Dios, aunque a veces los cansaba con esa forma de actuar y el interminable listado de preguntas que hacía para cada tema. Un domingo por la mañana, su papá colocó sobre la mesa dos cajitas: una de madera y otra de vidrio transparente. En la de vidrio, puso los caramelos favoritos de su hijo. En la otra, no se veía lo que había porque era opaca. Llamó a Facundo y le dijo que podía elegir una de las dos cajas para dejarla. Era un regalo. Eso sí, tenía que elegir sólo mirándolas, no podía tomarlas en sus manos y, por lo tanto, no podía pesarlas, ni agitarlas, ni… nada. Se las mostró a Facundo y le pidió que eligiera una respetando la regla expresada sin hacer preguntas. Parecía fácil pero por la cabeza de Facundo pasaban innumerables posibilidades. ¿Qué contenía la caja de madera? Su papá, que lo quería mucho, no podía poner nada feo en ella. Pero en la otra sí sabía lo que había. Era algo seguro, conocido, y además le gustaban mucho esos caramelos. Después de meditar un largo rato, se decidió, pero parecía que la mano no le respondía, porque tardó una eternidad en tomar la caja de madera. Cuando la abrió, vio que dentro había una copia de las llaves de su casa. De inmediato le dio un abrazo fuerte a su papá, porque hacía mucho que se las había pedido. “¿Por qué elegiste esa caja, hijo, si no sabías qué había dentro?” “Porque no puedo esperar nada malo de ti, papá, por eso me di cuenta de que es bueno ser prudente, pero tengo que confiar en los demás, sobre todo si sé que es alguien que me quiere. Es importante saber confiar aunque no tengamos todas las seguridades. Me parece que, muchas veces, me había perdido muchas cosas muy buenas y eso fue por temor a arriesgarme.” “Ahora que te escucho decir esto, -dijo el papá- estoy seguro de que ya era hora de que tuvieras las llaves de casa.” Facundo se mostraba sensato y cauteloso… 1) en todos los aspectos de su vida. 2) sólo a la hora de elegir amigos. 3) en su comportamiento en la escuela. 4) con la caducidad de la comida.

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Задание 5

Прочитайте текст и выполните задания 12–18. В каждом задании запишите в поле ответа цифру 1, 2, 3 или 4, соответствующую выбранному Вами варианту ответа. Por amor a tu tierra Inti, que en lengua quichua significa “Sol”, era un joven inteligente, su única diferencia de los demás compañeros era que pertenecía a otro país y que además contaba con el privilegio de dominar dos idiomas – el español y el quichua. Cosa que, absurdamente, lo convirtió en el centro de constantes burlas que incluían chistes, apodos y empujones en los pasillos del colegio. El muchacho estaba siendo víctima del acoso estudiantil. Por esta causa, Inti había descuidado sus estudios y se veía triste, todo esto afectaba a su estado de ánimo y su autoestima. Les comentaba esta situación a sus padres y decía que no quería volver al colegio, pero ellos pensaban que sólo era un capricho y que pronto se le pasaría. Así que el adolescente tuvo que hacer de tripas corazón y seguir yendo a su colegio. Inti no contó con el apoyo de sus padres, pero se aferró a su fe: se levantaba temprano para orar y pedía a Dios que le ayudara a cambiar esta situación. Los milagros existen, así que un día su clase ganó un viaje a uno de los parques naturales de Colombia. El chico no quería ir, pero sus padres y algunos compañeros lo motivaron para que fuera. El viaje fue espectacular, los paisajes hermosos y el parque genial. Para adentrarse en él, necesitaban un guía turístico, y les presentaron a Juan, el encargado del recorrido por el parque. Al cabo de una hora de caminata junto con el guía, se les presentó un problema poco frecuente: el guía se desmayó, asustando a los jóvenes y los docentes – estaban en medio de un bosque espeso y además tenían que prestarle primeros auxilios al guía. Por sorpresa, en ayuda acudió la persona que menos esperaban y a la que tanto habían despreciado: Inti, que era de los que todavía no habían perdido los valores ancestrales de su tribu, que conservaron y transmitieron la costumbre de ubicarse por medio del sol y del paso de las aves, resultó ser el salvador del grupo. Después de cargar a Juan en una camilla improvisada y gracias a los conocimientos del joven indígena iniciaron el regreso. Más tarde uno de los profes le pidió a Inti que les contara acerca de las costumbres de los quichua. El muchacho accedió y empezó a contarles sobre la filosofía de su pueblo que se caracteriza por un sentido de humanidad sobre las cosas animadas e inanimadas, por lo tanto todo es respetado y valorado. Les dijo que todavía algunas de estas tribus veneran las cavernas, el sol, las montañas, pero que su familia ha dejado algunas de estas costumbres por pertenecer al cristianismo. Contó sobre muchos ritos que tienen sobre la madre tierra – La Pachamama, habló sobre la vestimenta que en los hombres es de blusa y pantalón blancos y un poncho negro, en las mujeres camisas hasta los tobillos, bordadas con flores y plantas, habló de cómo se diferencia la lengua quichua del español por no utilizar la “e” y la “o” y algunas letras más. Habló de los mandamientos ancestrales de los quichua que son: Ama súa – “no seas ladrón”, Ama quella – “no seas perezoso”, Ama llulla – “no mientas.” El camino se les hizo corto, gracias a que Inti les había narrado sobre las costumbres de su raza, y debido a este hecho sus compañeros de clase y sus docentes habían aprendido a valorar las tribus indígenas y el valor cultural que éstas encierran. Muchos se acercaron al joven y le pidieron disculpas. Todos entendieron cuánto daño hacía el no valorar el idioma, las costumbres, la patria del otro, y lo más importante: que nunca había que olvidar el respeto por los demás y el amor por lo suyo propio. ¿Qué le pasó al guía en el bosque? 1) Se torció una pierna. 2) Se negó a seguir adelante. 3) Perdió el conocimiento. 4) Se perdió entre los árboles.

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Задание 6

Прочитайте текст и выполните задания 12–18. В каждом задании запишите в поле ответа цифру 1, 2, 3 или 4, соответствующую выбранному Вами варианту ответа. La confianza Facundo era un muchachito sumamente prudente, quizá demasiado. Tenía poco más de 14 años y ya había aprendido a ser responsable con sus cosas y con las de los demás. En su conducta era muy fiel a sus convicciones. Antes de tomar una decisión, evaluaba todas las posibilidades, todas las consecuencias -positivas o negativas. Por ejemplo, si no había podido leer la fecha de vencimiento de algún producto que compraba su mamá en el supermercado, prefería no comerlo – no quería correr riesgos. Así era en todo: prudente al extremo. Y ni hablemos si tenía que elegir un amigo. Antes de confiar en él, lo pensaba varias veces, averiguando lo más posible acerca de sus gustos, de su comportamiento en los juegos e incluso de su familia. Uno de los problemas más graves de su forma de ser era que para todo se requería el doble de tiempo. Y otro era que, en muchos casos, las situaciones más simples y sencillas se convertían en una verdadera complicación. Una tarea que un compañero realizaba en media hora, a él le llevaba una, porque primero la hacía en un borrador, luego se la daba a su mamá para que la corrigiera, después la pasaba a limpio y se la volvía a entregar a su mamá para que le echara un último vistazo. No quería sacar malas notas por una falta de atención que hubiera sido evitable. Si quería jugar a un juego nuevo, tenían que dejarle las instrucciones o el reglamento en su casa el día anterior para que los leyera. Sus padres y amigos querían mucho a Facundo porque era incapaz de hacerle mal a nadie, un verdadero alma de Dios, aunque a veces los cansaba con esa forma de actuar y el interminable listado de preguntas que hacía para cada tema. Un domingo por la mañana, su papá colocó sobre la mesa dos cajitas: una de madera y otra de vidrio transparente. En la de vidrio, puso los caramelos favoritos de su hijo. En la otra, no se veía lo que había porque era opaca. Llamó a Facundo y le dijo que podía elegir una de las dos cajas para dejarla. Era un regalo. Eso sí, tenía que elegir sólo mirándolas, no podía tomarlas en sus manos y, por lo tanto, no podía pesarlas, ni agitarlas, ni… nada. Se las mostró a Facundo y le pidió que eligiera una respetando la regla expresada sin hacer preguntas. Parecía fácil pero por la cabeza de Facundo pasaban innumerables posibilidades. ¿Qué contenía la caja de madera? Su papá, que lo quería mucho, no podía poner nada feo en ella. Pero en la otra sí sabía lo que había. Era algo seguro, conocido, y además le gustaban mucho esos caramelos. Después de meditar un largo rato, se decidió, pero parecía que la mano no le respondía, porque tardó una eternidad en tomar la caja de madera. Cuando la abrió, vio que dentro había una copia de las llaves de su casa. De inmediato le dio un abrazo fuerte a su papá, porque hacía mucho que se las había pedido. “¿Por qué elegiste esa caja, hijo, si no sabías qué había dentro?” “Porque no puedo esperar nada malo de ti, papá, por eso me di cuenta de que es bueno ser prudente, pero tengo que confiar en los demás, sobre todo si sé que es alguien que me quiere. Es importante saber confiar aunque no tengamos todas las seguridades. Me parece que, muchas veces, me había perdido muchas cosas muy buenas y eso fue por temor a arriesgarme.” “Ahora que te escucho decir esto, -dijo el papá- estoy seguro de que ya era hora de que tuvieras las llaves de casa.” Al recibir el regalo de su padre, Facundo se convenció de que… 1) hay que fiarse de todas las personas por malas que sean. 2) era importante tener confianza en las personas queridas. 3) él había tenido razón siendo muy prudente. 4) él nunca iba a arriesgarse para no perder nada.

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Задание 7

Прочитайте текст и выполните задания 12–18. В каждом задании запишите в поле ответа цифру 1, 2, 3 или 4, соответствующую выбранному Вами варианту ответа. Por amor a tu tierra Inti, que en lengua quichua significa “Sol”, era un joven inteligente, su única diferencia de los demás compañeros era que pertenecía a otro país y que además contaba con el privilegio de dominar dos idiomas – el español y el quichua. Cosa que, absurdamente, lo convirtió en el centro de constantes burlas que incluían chistes, apodos y empujones en los pasillos del colegio. El muchacho estaba siendo víctima del acoso estudiantil. Por esta causa, Inti había descuidado sus estudios y se veía triste, todo esto afectaba a su estado de ánimo y su autoestima. Les comentaba esta situación a sus padres y decía que no quería volver al colegio, pero ellos pensaban que sólo era un capricho y que pronto se le pasaría. Así que el adolescente tuvo que hacer de tripas corazón y seguir yendo a su colegio. Inti no contó con el apoyo de sus padres, pero se aferró a su fe: se levantaba temprano para orar y pedía a Dios que le ayudara a cambiar esta situación. Los milagros existen, así que un día su clase ganó un viaje a uno de los parques naturales de Colombia. El chico no quería ir, pero sus padres y algunos compañeros lo motivaron para que fuera. El viaje fue espectacular, los paisajes hermosos y el parque genial. Para adentrarse en él, necesitaban un guía turístico, y les presentaron a Juan, el encargado del recorrido por el parque. Al cabo de una hora de caminata junto con el guía, se les presentó un problema poco frecuente: el guía se desmayó, asustando a los jóvenes y los docentes – estaban en medio de un bosque espeso y además tenían que prestarle primeros auxilios al guía. Por sorpresa, en ayuda acudió la persona que menos esperaban y a la que tanto habían despreciado: Inti, que era de los que todavía no habían perdido los valores ancestrales de su tribu, que conservaron y transmitieron la costumbre de ubicarse por medio del sol y del paso de las aves, resultó ser el salvador del grupo. Después de cargar a Juan en una camilla improvisada y gracias a los conocimientos del joven indígena iniciaron el regreso. Más tarde uno de los profes le pidió a Inti que les contara acerca de las costumbres de los quichua. El muchacho accedió y empezó a contarles sobre la filosofía de su pueblo que se caracteriza por un sentido de humanidad sobre las cosas animadas e inanimadas, por lo tanto todo es respetado y valorado. Les dijo que todavía algunas de estas tribus veneran las cavernas, el sol, las montañas, pero que su familia ha dejado algunas de estas costumbres por pertenecer al cristianismo. Contó sobre muchos ritos que tienen sobre la madre tierra – La Pachamama, habló sobre la vestimenta que en los hombres es de blusa y pantalón blancos y un poncho negro, en las mujeres camisas hasta los tobillos, bordadas con flores y plantas, habló de cómo se diferencia la lengua quichua del español por no utilizar la “e” y la “o” y algunas letras más. Habló de los mandamientos ancestrales de los quichua que son: Ama súa – “no seas ladrón”, Ama quella – “no seas perezoso”, Ama llulla – “no mientas.” El camino se les hizo corto, gracias a que Inti les había narrado sobre las costumbres de su raza, y debido a este hecho sus compañeros de clase y sus docentes habían aprendido a valorar las tribus indígenas y el valor cultural que éstas encierran. Muchos se acercaron al joven y le pidieron disculpas. Todos entendieron cuánto daño hacía el no valorar el idioma, las costumbres, la patria del otro, y lo más importante: que nunca había que olvidar el respeto por los demás y el amor por lo suyo propio. ¿Por qué los padres no le apoyaron a Inti? 1) Querían que fuera independiente. 2) Pensaban que les mentía. 3) No dieron importancia al problema. 4) Se ocupaban de sus cosas.

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Задание 8

Прочитайте текст и выполните задания 12–18. В каждом задании запишите в поле ответа цифру 1, 2, 3 или 4, соответствующую выбранному Вами варианту ответа. La confianza Facundo era un muchachito sumamente prudente, quizá demasiado. Tenía poco más de 14 años y ya había aprendido a ser responsable con sus cosas y con las de los demás. En su conducta era muy fiel a sus convicciones. Antes de tomar una decisión, evaluaba todas las posibilidades, todas las consecuencias -positivas o negativas. Por ejemplo, si no había podido leer la fecha de vencimiento de algún producto que compraba su mamá en el supermercado, prefería no comerlo – no quería correr riesgos. Así era en todo: prudente al extremo. Y ni hablemos si tenía que elegir un amigo. Antes de confiar en él, lo pensaba varias veces, averiguando lo más posible acerca de sus gustos, de su comportamiento en los juegos e incluso de su familia. Uno de los problemas más graves de su forma de ser era que para todo se requería el doble de tiempo. Y otro era que, en muchos casos, las situaciones más simples y sencillas se convertían en una verdadera complicación. Una tarea que un compañero realizaba en media hora, a él le llevaba una, porque primero la hacía en un borrador, luego se la daba a su mamá para que la corrigiera, después la pasaba a limpio y se la volvía a entregar a su mamá para que le echara un último vistazo. No quería sacar malas notas por una falta de atención que hubiera sido evitable. Si quería jugar a un juego nuevo, tenían que dejarle las instrucciones o el reglamento en su casa el día anterior para que los leyera. Sus padres y amigos querían mucho a Facundo porque era incapaz de hacerle mal a nadie, un verdadero alma de Dios, aunque a veces los cansaba con esa forma de actuar y el interminable listado de preguntas que hacía para cada tema. Un domingo por la mañana, su papá colocó sobre la mesa dos cajitas: una de madera y otra de vidrio transparente. En la de vidrio, puso los caramelos favoritos de su hijo. En la otra, no se veía lo que había porque era opaca. Llamó a Facundo y le dijo que podía elegir una de las dos cajas para dejarla. Era un regalo. Eso sí, tenía que elegir sólo mirándolas, no podía tomarlas en sus manos y, por lo tanto, no podía pesarlas, ni agitarlas, ni… nada. Se las mostró a Facundo y le pidió que eligiera una respetando la regla expresada sin hacer preguntas. Parecía fácil pero por la cabeza de Facundo pasaban innumerables posibilidades. ¿Qué contenía la caja de madera? Su papá, que lo quería mucho, no podía poner nada feo en ella. Pero en la otra sí sabía lo que había. Era algo seguro, conocido, y además le gustaban mucho esos caramelos. Después de meditar un largo rato, se decidió, pero parecía que la mano no le respondía, porque tardó una eternidad en tomar la caja de madera. Cuando la abrió, vio que dentro había una copia de las llaves de su casa. De inmediato le dio un abrazo fuerte a su papá, porque hacía mucho que se las había pedido. “¿Por qué elegiste esa caja, hijo, si no sabías qué había dentro?” “Porque no puedo esperar nada malo de ti, papá, por eso me di cuenta de que es bueno ser prudente, pero tengo que confiar en los demás, sobre todo si sé que es alguien que me quiere. Es importante saber confiar aunque no tengamos todas las seguridades. Me parece que, muchas veces, me había perdido muchas cosas muy buenas y eso fue por temor a arriesgarme.” “Ahora que te escucho decir esto, -dijo el papá- estoy seguro de que ya era hora de que tuvieras las llaves de casa.” ¿Qué hizo Facundo ante la elección propuesta? 1) Eligió la caja transparente con los caramelos. 2) No pudo decidirse entre cuál de las cajas escoger. 3) Escogió la caja opaca cuyo contenido desconocía. 4) Le pidió a su padre más tiempo para tomar decisión.

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Задание 9

Прочитайте текст и выполните задания 12–18. В каждом задании запишите в поле ответа цифру 1, 2, 3 или 4, соответствующую выбранному Вами варианту ответа. La confianza Facundo era un muchachito sumamente prudente, quizá demasiado. Tenía poco más de 14 años y ya había aprendido a ser responsable con sus cosas y con las de los demás. En su conducta era muy fiel a sus convicciones. Antes de tomar una decisión, evaluaba todas las posibilidades, todas las consecuencias -positivas o negativas. Por ejemplo, si no había podido leer la fecha de vencimiento de algún producto que compraba su mamá en el supermercado, prefería no comerlo – no quería correr riesgos. Así era en todo: prudente al extremo. Y ni hablemos si tenía que elegir un amigo. Antes de confiar en él, lo pensaba varias veces, averiguando lo más posible acerca de sus gustos, de su comportamiento en los juegos e incluso de su familia. Uno de los problemas más graves de su forma de ser era que para todo se requería el doble de tiempo. Y otro era que, en muchos casos, las situaciones más simples y sencillas se convertían en una verdadera complicación. Una tarea que un compañero realizaba en media hora, a él le llevaba una, porque primero la hacía en un borrador, luego se la daba a su mamá para que la corrigiera, después la pasaba a limpio y se la volvía a entregar a su mamá para que le echara un último vistazo. No quería sacar malas notas por una falta de atención que hubiera sido evitable. Si quería jugar a un juego nuevo, tenían que dejarle las instrucciones o el reglamento en su casa el día anterior para que los leyera. Sus padres y amigos querían mucho a Facundo porque era incapaz de hacerle mal a nadie, un verdadero alma de Dios, aunque a veces los cansaba con esa forma de actuar y el interminable listado de preguntas que hacía para cada tema. Un domingo por la mañana, su papá colocó sobre la mesa dos cajitas: una de madera y otra de vidrio transparente. En la de vidrio, puso los caramelos favoritos de su hijo. En la otra, no se veía lo que había porque era opaca. Llamó a Facundo y le dijo que podía elegir una de las dos cajas para dejarla. Era un regalo. Eso sí, tenía que elegir sólo mirándolas, no podía tomarlas en sus manos y, por lo tanto, no podía pesarlas, ni agitarlas, ni… nada. Se las mostró a Facundo y le pidió que eligiera una respetando la regla expresada sin hacer preguntas. Parecía fácil pero por la cabeza de Facundo pasaban innumerables posibilidades. ¿Qué contenía la caja de madera? Su papá, que lo quería mucho, no podía poner nada feo en ella. Pero en la otra sí sabía lo que había. Era algo seguro, conocido, y además le gustaban mucho esos caramelos. Después de meditar un largo rato, se decidió, pero parecía que la mano no le respondía, porque tardó una eternidad en tomar la caja de madera. Cuando la abrió, vio que dentro había una copia de las llaves de su casa. De inmediato le dio un abrazo fuerte a su papá, porque hacía mucho que se las había pedido. “¿Por qué elegiste esa caja, hijo, si no sabías qué había dentro?” “Porque no puedo esperar nada malo de ti, papá, por eso me di cuenta de que es bueno ser prudente, pero tengo que confiar en los demás, sobre todo si sé que es alguien que me quiere. Es importante saber confiar aunque no tengamos todas las seguridades. Me parece que, muchas veces, me había perdido muchas cosas muy buenas y eso fue por temor a arriesgarme.” “Ahora que te escucho decir esto, -dijo el papá- estoy seguro de que ya era hora de que tuvieras las llaves de casa.” El padre le propuso a Facundo… 1) escoger entre dos cajas sin haberlas tocado. 2) quedarse con la caja con sus golosinas preferidas. 3) elegir un regalo para su próximo cumpleaños. 4) adivinar qué había en la caja no transparente.

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Задание 10

Прочитайте текст и выполните задания 12–18. В каждом задании запишите в поле ответа цифру 1, 2, 3 или 4, соответствующую выбранному Вами варианту ответа. La confianza Facundo era un muchachito sumamente prudente, quizá demasiado. Tenía poco más de 14 años y ya había aprendido a ser responsable con sus cosas y con las de los demás. En su conducta era muy fiel a sus convicciones. Antes de tomar una decisión, evaluaba todas las posibilidades, todas las consecuencias -positivas o negativas. Por ejemplo, si no había podido leer la fecha de vencimiento de algún producto que compraba su mamá en el supermercado, prefería no comerlo – no quería correr riesgos. Así era en todo: prudente al extremo. Y ni hablemos si tenía que elegir un amigo. Antes de confiar en él, lo pensaba varias veces, averiguando lo más posible acerca de sus gustos, de su comportamiento en los juegos e incluso de su familia. Uno de los problemas más graves de su forma de ser era que para todo se requería el doble de tiempo. Y otro era que, en muchos casos, las situaciones más simples y sencillas se convertían en una verdadera complicación. Una tarea que un compañero realizaba en media hora, a él le llevaba una, porque primero la hacía en un borrador, luego se la daba a su mamá para que la corrigiera, después la pasaba a limpio y se la volvía a entregar a su mamá para que le echara un último vistazo. No quería sacar malas notas por una falta de atención que hubiera sido evitable. Si quería jugar a un juego nuevo, tenían que dejarle las instrucciones o el reglamento en su casa el día anterior para que los leyera. Sus padres y amigos querían mucho a Facundo porque era incapaz de hacerle mal a nadie, un verdadero alma de Dios, aunque a veces los cansaba con esa forma de actuar y el interminable listado de preguntas que hacía para cada tema. Un domingo por la mañana, su papá colocó sobre la mesa dos cajitas: una de madera y otra de vidrio transparente. En la de vidrio, puso los caramelos favoritos de su hijo. En la otra, no se veía lo que había porque era opaca. Llamó a Facundo y le dijo que podía elegir una de las dos cajas para dejarla. Era un regalo. Eso sí, tenía que elegir sólo mirándolas, no podía tomarlas en sus manos y, por lo tanto, no podía pesarlas, ni agitarlas, ni… nada. Se las mostró a Facundo y le pidió que eligiera una respetando la regla expresada sin hacer preguntas. Parecía fácil pero por la cabeza de Facundo pasaban innumerables posibilidades. ¿Qué contenía la caja de madera? Su papá, que lo quería mucho, no podía poner nada feo en ella. Pero en la otra sí sabía lo que había. Era algo seguro, conocido, y además le gustaban mucho esos caramelos. Después de meditar un largo rato, se decidió, pero parecía que la mano no le respondía, porque tardó una eternidad en tomar la caja de madera. Cuando la abrió, vio que dentro había una copia de las llaves de su casa. De inmediato le dio un abrazo fuerte a su papá, porque hacía mucho que se las había pedido. “¿Por qué elegiste esa caja, hijo, si no sabías qué había dentro?” “Porque no puedo esperar nada malo de ti, papá, por eso me di cuenta de que es bueno ser prudente, pero tengo que confiar en los demás, sobre todo si sé que es alguien que me quiere. Es importante saber confiar aunque no tengamos todas las seguridades. Me parece que, muchas veces, me había perdido muchas cosas muy buenas y eso fue por temor a arriesgarme.” “Ahora que te escucho decir esto, -dijo el papá- estoy seguro de que ya era hora de que tuvieras las llaves de casa.” ¿Cuál era el problema mayor del muchacho? 1) No podía hacer deberes sin la ayuda de su madre. 2) Le costaba mucho aprender nuevos juegos. 3) Necesitaba demasiado tiempo para todo. 4) No lograba sacar notas altas en la escuela.

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Задание 11

Прочитайте текст и выполните задания 12–18. В каждом задании запишите в поле ответа цифру 1, 2, 3 или 4, соответствующую выбранному Вами варианту ответа. Por amor a tu tierra Inti, que en lengua quichua significa “Sol”, era un joven inteligente, su única diferencia de los demás compañeros era que pertenecía a otro país y que además contaba con el privilegio de dominar dos idiomas – el español y el quichua. Cosa que, absurdamente, lo convirtió en el centro de constantes burlas que incluían chistes, apodos y empujones en los pasillos del colegio. El muchacho estaba siendo víctima del acoso estudiantil. Por esta causa, Inti había descuidado sus estudios y se veía triste, todo esto afectaba a su estado de ánimo y su autoestima. Les comentaba esta situación a sus padres y decía que no quería volver al colegio, pero ellos pensaban que sólo era un capricho y que pronto se le pasaría. Así que el adolescente tuvo que hacer de tripas corazón y seguir yendo a su colegio. Inti no contó con el apoyo de sus padres, pero se aferró a su fe: se levantaba temprano para orar y pedía a Dios que le ayudara a cambiar esta situación. Los milagros existen, así que un día su clase ganó un viaje a uno de los parques naturales de Colombia. El chico no quería ir, pero sus padres y algunos compañeros lo motivaron para que fuera. El viaje fue espectacular, los paisajes hermosos y el parque genial. Para adentrarse en él, necesitaban un guía turístico, y les presentaron a Juan, el encargado del recorrido por el parque. Al cabo de una hora de caminata junto con el guía, se les presentó un problema poco frecuente: el guía se desmayó, asustando a los jóvenes y los docentes – estaban en medio de un bosque espeso y además tenían que prestarle primeros auxilios al guía. Por sorpresa, en ayuda acudió la persona que menos esperaban y a la que tanto habían despreciado: Inti, que era de los que todavía no habían perdido los valores ancestrales de su tribu, que conservaron y transmitieron la costumbre de ubicarse por medio del sol y del paso de las aves, resultó ser el salvador del grupo. Después de cargar a Juan en una camilla improvisada y gracias a los conocimientos del joven indígena iniciaron el regreso. Más tarde uno de los profes le pidió a Inti que les contara acerca de las costumbres de los quichua. El muchacho accedió y empezó a contarles sobre la filosofía de su pueblo que se caracteriza por un sentido de humanidad sobre las cosas animadas e inanimadas, por lo tanto todo es respetado y valorado. Les dijo que todavía algunas de estas tribus veneran las cavernas, el sol, las montañas, pero que su familia ha dejado algunas de estas costumbres por pertenecer al cristianismo. Contó sobre muchos ritos que tienen sobre la madre tierra – La Pachamama, habló sobre la vestimenta que en los hombres es de blusa y pantalón blancos y un poncho negro, en las mujeres camisas hasta los tobillos, bordadas con flores y plantas, habló de cómo se diferencia la lengua quichua del español por no utilizar la “e” y la “o” y algunas letras más. Habló de los mandamientos ancestrales de los quichua que son: Ama súa – “no seas ladrón”, Ama quella – “no seas perezoso”, Ama llulla – “no mientas.” El camino se les hizo corto, gracias a que Inti les había narrado sobre las costumbres de su raza, y debido a este hecho sus compañeros de clase y sus docentes habían aprendido a valorar las tribus indígenas y el valor cultural que éstas encierran. Muchos se acercaron al joven y le pidieron disculpas. Todos entendieron cuánto daño hacía el no valorar el idioma, las costumbres, la patria del otro, y lo más importante: que nunca había que olvidar el respeto por los demás y el amor por lo suyo propio. ¿Por qué muchos compañeros le pidieron disculpas a Inti? 1) Inti llevaba bastante comida para todos. 2) Todos se dieron cuenta de que habían hecho daño a Inti. 3) Inti había encontrado el camino. 4) Inti había salvado la vida al guía.

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Задание 12

Прочитайте текст и выполните задания 12–18. В каждом задании запишите в поле ответа цифру 1, 2, 3 или 4, соответствующую выбранному Вами варианту ответа. La confianza Facundo era un muchachito sumamente prudente, quizá demasiado. Tenía poco más de 14 años y ya había aprendido a ser responsable con sus cosas y con las de los demás. En su conducta era muy fiel a sus convicciones. Antes de tomar una decisión, evaluaba todas las posibilidades, todas las consecuencias -positivas o negativas. Por ejemplo, si no había podido leer la fecha de vencimiento de algún producto que compraba su mamá en el supermercado, prefería no comerlo – no quería correr riesgos. Así era en todo: prudente al extremo. Y ni hablemos si tenía que elegir un amigo. Antes de confiar en él, lo pensaba varias veces, averiguando lo más posible acerca de sus gustos, de su comportamiento en los juegos e incluso de su familia. Uno de los problemas más graves de su forma de ser era que para todo se requería el doble de tiempo. Y otro era que, en muchos casos, las situaciones más simples y sencillas se convertían en una verdadera complicación. Una tarea que un compañero realizaba en media hora, a él le llevaba una, porque primero la hacía en un borrador, luego se la daba a su mamá para que la corrigiera, después la pasaba a limpio y se la volvía a entregar a su mamá para que le echara un último vistazo. No quería sacar malas notas por una falta de atención que hubiera sido evitable. Si quería jugar a un juego nuevo, tenían que dejarle las instrucciones o el reglamento en su casa el día anterior para que los leyera. Sus padres y amigos querían mucho a Facundo porque era incapaz de hacerle mal a nadie, un verdadero alma de Dios, aunque a veces los cansaba con esa forma de actuar y el interminable listado de preguntas que hacía para cada tema. Un domingo por la mañana, su papá colocó sobre la mesa dos cajitas: una de madera y otra de vidrio transparente. En la de vidrio, puso los caramelos favoritos de su hijo. En la otra, no se veía lo que había porque era opaca. Llamó a Facundo y le dijo que podía elegir una de las dos cajas para dejarla. Era un regalo. Eso sí, tenía que elegir sólo mirándolas, no podía tomarlas en sus manos y, por lo tanto, no podía pesarlas, ni agitarlas, ni… nada. Se las mostró a Facundo y le pidió que eligiera una respetando la regla expresada sin hacer preguntas. Parecía fácil pero por la cabeza de Facundo pasaban innumerables posibilidades. ¿Qué contenía la caja de madera? Su papá, que lo quería mucho, no podía poner nada feo en ella. Pero en la otra sí sabía lo que había. Era algo seguro, conocido, y además le gustaban mucho esos caramelos. Después de meditar un largo rato, se decidió, pero parecía que la mano no le respondía, porque tardó una eternidad en tomar la caja de madera. Cuando la abrió, vio que dentro había una copia de las llaves de su casa. De inmediato le dio un abrazo fuerte a su papá, porque hacía mucho que se las había pedido. “¿Por qué elegiste esa caja, hijo, si no sabías qué había dentro?” “Porque no puedo esperar nada malo de ti, papá, por eso me di cuenta de que es bueno ser prudente, pero tengo que confiar en los demás, sobre todo si sé que es alguien que me quiere. Es importante saber confiar aunque no tengamos todas las seguridades. Me parece que, muchas veces, me había perdido muchas cosas muy buenas y eso fue por temor a arriesgarme.” “Ahora que te escucho decir esto, -dijo el papá- estoy seguro de que ya era hora de que tuvieras las llaves de casa.” Facundo elegía a sus amigos… 1) aclarando todos los detalles sobre ellos. 2) averiguando sus notas escolares. 3) sólo con la aprobación de sus padres. 4) según sus éxitos en juegos deportivos.

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Задание 13

Прочитайте текст и выполните задания 12–18. В каждом задании запишите в поле ответа цифру 1, 2, 3 или 4, соответствующую выбранному Вами варианту ответа. Por amor a tu tierra Inti, que en lengua quichua significa “Sol”, era un joven inteligente, su única diferencia de los demás compañeros era que pertenecía a otro país y que además contaba con el privilegio de dominar dos idiomas – el español y el quichua. Cosa que, absurdamente, lo convirtió en el centro de constantes burlas que incluían chistes, apodos y empujones en los pasillos del colegio. El muchacho estaba siendo víctima del acoso estudiantil. Por esta causa, Inti había descuidado sus estudios y se veía triste, todo esto afectaba a su estado de ánimo y su autoestima. Les comentaba esta situación a sus padres y decía que no quería volver al colegio, pero ellos pensaban que sólo era un capricho y que pronto se le pasaría. Así que el adolescente tuvo que hacer de tripas corazón y seguir yendo a su colegio. Inti no contó con el apoyo de sus padres, pero se aferró a su fe: se levantaba temprano para orar y pedía a Dios que le ayudara a cambiar esta situación. Los milagros existen, así que un día su clase ganó un viaje a uno de los parques naturales de Colombia. El chico no quería ir, pero sus padres y algunos compañeros lo motivaron para que fuera. El viaje fue espectacular, los paisajes hermosos y el parque genial. Para adentrarse en él, necesitaban un guía turístico, y les presentaron a Juan, el encargado del recorrido por el parque. Al cabo de una hora de caminata junto con el guía, se les presentó un problema poco frecuente: el guía se desmayó, asustando a los jóvenes y los docentes – estaban en medio de un bosque espeso y además tenían que prestarle primeros auxilios al guía. Por sorpresa, en ayuda acudió la persona que menos esperaban y a la que tanto habían despreciado: Inti, que era de los que todavía no habían perdido los valores ancestrales de su tribu, que conservaron y transmitieron la costumbre de ubicarse por medio del sol y del paso de las aves, resultó ser el salvador del grupo. Después de cargar a Juan en una camilla improvisada y gracias a los conocimientos del joven indígena iniciaron el regreso. Más tarde uno de los profes le pidió a Inti que les contara acerca de las costumbres de los quichua. El muchacho accedió y empezó a contarles sobre la filosofía de su pueblo que se caracteriza por un sentido de humanidad sobre las cosas animadas e inanimadas, por lo tanto todo es respetado y valorado. Les dijo que todavía algunas de estas tribus veneran las cavernas, el sol, las montañas, pero que su familia ha dejado algunas de estas costumbres por pertenecer al cristianismo. Contó sobre muchos ritos que tienen sobre la madre tierra – La Pachamama, habló sobre la vestimenta que en los hombres es de blusa y pantalón blancos y un poncho negro, en las mujeres camisas hasta los tobillos, bordadas con flores y plantas, habló de cómo se diferencia la lengua quichua del español por no utilizar la “e” y la “o” y algunas letras más. Habló de los mandamientos ancestrales de los quichua que son: Ama súa – “no seas ladrón”, Ama quella – “no seas perezoso”, Ama llulla – “no mientas.” El camino se les hizo corto, gracias a que Inti les había narrado sobre las costumbres de su raza, y debido a este hecho sus compañeros de clase y sus docentes habían aprendido a valorar las tribus indígenas y el valor cultural que éstas encierran. Muchos se acercaron al joven y le pidieron disculpas. Todos entendieron cuánto daño hacía el no valorar el idioma, las costumbres, la patria del otro, y lo más importante: que nunca había que olvidar el respeto por los demás y el amor por lo suyo propio. ¿En qué se diferenciaba Inti de sus compañeros? 1) Hablaba más de una lengua. 2) Era muy inteligente y listo. 3) Se peleaba en clase con otros chicos. 4) No comprendía a los docentes.

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Задание 14

Прочитайте текст и выполните задания 12–18. В каждом задании запишите в поле ответа цифру 1, 2, 3 или 4, соответствующую выбранному Вами варианту ответа. Por amor a tu tierra Inti, que en lengua quichua significa “Sol”, era un joven inteligente, su única diferencia de los demás compañeros era que pertenecía a otro país y que además contaba con el privilegio de dominar dos idiomas – el español y el quichua. Cosa que, absurdamente, lo convirtió en el centro de constantes burlas que incluían chistes, apodos y empujones en los pasillos del colegio. El muchacho estaba siendo víctima del acoso estudiantil. Por esta causa, Inti había descuidado sus estudios y se veía triste, todo esto afectaba a su estado de ánimo y su autoestima. Les comentaba esta situación a sus padres y decía que no quería volver al colegio, pero ellos pensaban que sólo era un capricho y que pronto se le pasaría. Así que el adolescente tuvo que hacer de tripas corazón y seguir yendo a su colegio. Inti no contó con el apoyo de sus padres, pero se aferró a su fe: se levantaba temprano para orar y pedía a Dios que le ayudara a cambiar esta situación. Los milagros existen, así que un día su clase ganó un viaje a uno de los parques naturales de Colombia. El chico no quería ir, pero sus padres y algunos compañeros lo motivaron para que fuera. El viaje fue espectacular, los paisajes hermosos y el parque genial. Para adentrarse en él, necesitaban un guía turístico, y les presentaron a Juan, el encargado del recorrido por el parque. Al cabo de una hora de caminata junto con el guía, se les presentó un problema poco frecuente: el guía se desmayó, asustando a los jóvenes y los docentes – estaban en medio de un bosque espeso y además tenían que prestarle primeros auxilios al guía. Por sorpresa, en ayuda acudió la persona que menos esperaban y a la que tanto habían despreciado: Inti, que era de los que todavía no habían perdido los valores ancestrales de su tribu, que conservaron y transmitieron la costumbre de ubicarse por medio del sol y del paso de las aves, resultó ser el salvador del grupo. Después de cargar a Juan en una camilla improvisada y gracias a los conocimientos del joven indígena iniciaron el regreso. Más tarde uno de los profes le pidió a Inti que les contara acerca de las costumbres de los quichua. El muchacho accedió y empezó a contarles sobre la filosofía de su pueblo que se caracteriza por un sentido de humanidad sobre las cosas animadas e inanimadas, por lo tanto todo es respetado y valorado. Les dijo que todavía algunas de estas tribus veneran las cavernas, el sol, las montañas, pero que su familia ha dejado algunas de estas costumbres por pertenecer al cristianismo. Contó sobre muchos ritos que tienen sobre la madre tierra – La Pachamama, habló sobre la vestimenta que en los hombres es de blusa y pantalón blancos y un poncho negro, en las mujeres camisas hasta los tobillos, bordadas con flores y plantas, habló de cómo se diferencia la lengua quichua del español por no utilizar la “e” y la “o” y algunas letras más. Habló de los mandamientos ancestrales de los quichua que son: Ama súa – “no seas ladrón”, Ama quella – “no seas perezoso”, Ama llulla – “no mientas.” El camino se les hizo corto, gracias a que Inti les había narrado sobre las costumbres de su raza, y debido a este hecho sus compañeros de clase y sus docentes habían aprendido a valorar las tribus indígenas y el valor cultural que éstas encierran. Muchos se acercaron al joven y le pidieron disculpas. Todos entendieron cuánto daño hacía el no valorar el idioma, las costumbres, la patria del otro, y lo más importante: que nunca había que olvidar el respeto por los demás y el amor por lo suyo propio. Al final de la historia, los compañeros de Inti entendieron que … 1) había que respetar a otras personas. 2) todas las personas se parecían. 3) hacía falta ser sincero y abierto. 4) era peligroso pasear por el bosque.